Francesca  Forte Blanco

Si hubiera tenido la oportunidad de elegir en dónde nacer, sería sin duda en mi país; no por su clima tropical, no por su belleza natural, sino por la esencia de la gente, que muy pocos son capaces de ver en sí mismos. Al igual que a las hojas de una alcachofa, le apartaría los problemas sociopolíticos que se atraviesan para dejar a la vista el corazón, lleno de nobleza y en el que fluye una energía particular.

Una energía altamente contagiosa que se hace sentir simplemente con atravesar las calles y sorprenderte de vez en cuando con una sonrisa y miradas compasivas que transmiten amor por el simple hecho de ser humano, por el simple hecho de estar aquí y haber coincidido con el otro; no importa quién seas, de dónde vengas, o cómo seas físicamente, así somos en Venezuela.

A mí, en lo particular, me costó mucho trabajo de reflexión encontrar la aguja en el pajar sobre la esencia de mi país durante mis veintiún años; crecí entre la disyuntiva de dos culturas; la venezolana y la italiana, siendo mi padre de esta última. Crecí creyendo que fuera de las fronteras encontraría las respuestas, y, en parte, el salir de tu país natal te permite ampliar tu visión, pero también es importante la apreciación detallada de lo que analizamos para poder captar “la esencia”. En esa búsqueda, encontré que el conocer de otras culturas del mundo me apasiona; las europeas, las orientales, y también las del medio oriente, por lo que he intentado aproximarme a algunas de ellas a través del arte, específicamente las películas, la danza, y la literatura.

En el afán por conocer un pedacito de las sociedades del mundo, decidí estudiar la carrera universitaria que hace poco culminé; Comunicación Social, mención Comunicaciones Publicitarias en la Universidad Católica Andrés Bello de Caracas, cuyo curso me permitió afinar el olfato para saber qué buscar, cómo interpretar y analizar mi realidad y otras realidades, dirigiéndome poco a poco a encontrar mis respuestas y haciendo surgir otras de mayor profundidad que ahora busco resolver. Por lo pronto, deseo perfeccionar los idiomas inglés e italiano, sabiendo que una vez logrado podré comprender e interactuar con mayor facilidad con otras culturas.